<<Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca se romperá…>>
Y así, cuenta la leyenda que un hilo rojo invisible une nuestro dedo meñique al dedo meñique de la persona a la que estamos predestinados en el amor. Esta leyenda oriental (se desconoce si tiene su origen en China o Japón) se encuentra basada en que la arteria ulnar conecta nuestro corazón con el dedo meñique de la mano, por dicho motivo se piensa que el dedo pequeño está unido al corazón de las personas y del mismo sale ese hilo rojo, invisible a los ojos, que nos une a esa persona especial, al amor de nuestra vida.
El origen de la leyenda del hilo rojo
La leyenda dice que, desde hace muchos años, en la luna habita un anciano milenario que cada noche se entretiene en buscar almas gemelas que habitan en la Tierra y que están destinadas a estar juntas. Una vez las encuentra, para su tranquilidad, las une con un hilo rojo para que no se pierdan y para que nunca más se separen.
Así, este hilo rojo nos acompaña desde el momento que nacemos, nunca desaparece ni se corta, permanece atado a nuestros dedos meñiques, independientemente del tiempo o la distancia que nos separe de nuestra persona especial. No importa el tiempo que tardemos en conocerla, ni el lugar donde viva, pues el hilo se estirará infinitamente sin llegar a romperse. Solo el destino sabe cuándo llegará el momento de cruzarnos con nuestra alma gemela y no separarnos nunca más.
El cuento del emperador y la bruja
En la cultura oriental a los niños les cuentan la siguiente historia, con la intención de que a lo largo de su vida puedan encontrar al amor de su vida:
“Hace muchos años, llegó a los oídos de un joven emperador que en su reino habitaba una conocida bruja que tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino, invisible a los ojos de los de,más. Inquietado por esta noticia, la mandó traer ante su presencia para poder comprobarlo personalmente. Cuando se produjo el encuentro con la bruja, el emperador le pidió que buscará el otro extremo de su hilo y lo llevara ante la que sería su esposa en el futuro. La bruja accedió a la solicitud y comenzó a seguir el hilo del emperador. Esta búsqueda les llevó hasta una campesina de edad avanzada que sostenía un bebé en los brazos. Una vez estuvo segura la bruja, hizo que el joven se acercara y le dijo convencida: «Hijo, aquí termina tu hilo rojo». Al escucharlo, el emperador enfureció, creyendo que la bruja se estaba riendo de él. Debido a su enfado, y sin querer, empujó a la campesina que aún llevaba al bebé en brazos y la hizo caer al suelo, con la mala suerte que el bebe se hizo una gran herida en medio de la frente. Tras este suceso, el emperador ordenó a sus guardias que detuvieran inmediatamente a la bruja y la mandó decapitar. Años después, llegó el momento en el que el emperador debía casarse y su corte le recomendó como esposa a la hija de un conocido general. Como no estaba enamorado de ninguna mujer, aceptó la sugerencia y empezó a organizarse la boda. Y, por fin, llegó el momento de conocer y ver por primera vez a la que sería su esposa. Una joven muchacha entró al templo con un hermoso vestido blanco y un tupido velo que le cubría el rostro por completo y, al levantárselo, cual fue la sorpresa del emperador cuando pudo comprobar que la hermosa joven tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.”
Leyenda o Realidad
Esta bonita leyenda del hilo rojo está tan arraigada en determinadas culturas orientales que millones de personas llevan en sus muñecas un hilo rojo de verdad. Un hilo rojo objeto del destino, sobre el que no tenemos el poder de imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, un fuerte hilo que no podemos deshilachar ni romper…que conecta los amores eternos, los que simbolizan un antes y gracias a los que no hay más amores después.
¿Leyenda o realidad? Que cada uno lo interprete como su corazón le dicte, lo que nadie puede negar es que, en algunas ocasiones, las casualidades son tan fuertes que no dejan lugar a ningún tipo de duda…